miércoles, 18 de abril de 2007

Fumar ... mal para los niños

Aunque los padres sólo enciendan cigarrillos fuera de su hogar, elambiente de tabaco en su casa es siete veces superior al de lasviviendas de los no fumadores, según los resultados de un estudio.La cifra es todavía más preocupante cuando los progenitores fumandelante de sus pequeños: el humo mezclado con el polvo del entornopodría exponer a los niños al equivalente de siete horas de tabaco.Los componentes del humo del tabaco se dispersan rápidamente despuésde su emisión, tras la que experimentan una serie de reaccionesquímicas. Estos compuestos en fase de vapor se depositan y sonabsorbidos por paredes, muebles, ropas, juguetes y otros objetosminutos y horas después de haber fumado. Desde ahí, vuelven a seremitidos al aire durante las siguientes horas, semanas y meses.


El pequeño tamaño de estas partículas las hace penetrar profundamenteen los pulmones y causarles daño debido tan sólo a sus dimensiones.Además, a este efecto se añade la toxicidad de las sustanciasquímicas, más de 4.000, del humo del tabaco. Los niños, durante suprimer año de vida, son especialmente susceptibles a estos riesgos yaque pasan mucho tiempo dentro de una habitación y en estrecho contactocon objetos y polvo.En el estudio, publicado en la revista 'Tobacco Control' y realizadopor investigadores de la Universidad de San Diego (Estados Unidos), seestudiaron 49 hogares en los que había por lo menos un niño de edadesentre dos y 12 meses.Quince de estas viviendas estaban ocupadas por no fumadores; delresto, en 17 casas los padres fumaban fuera para proteger a sus hijosy en las otras 17 consumían tabaco dentro.Se tomaron muestras de polvo y superficies y del pelo y orina de lospequeños. A su vez, se colocaron detectores de nicotina en lashabitaciones de los bebés y en el salón principal de la casa. También se llevó a cabo un registro de las visitas tanto si fumaban como si noy de las actividades diarias de las madres y del tiempo que compartíancon sus hijos.Las pruebas mostraron que la contaminación por el humo del tabadoambiental y la exposición a éste fue de cinco a siete veces mayor enlos hogares de los padres fumadores, aunque siempre lo hacían fuera decasa, en comparación con el ambiente de las casas donde sus habitantesno tienen este hábito.Ahí no queda todo, ya que como se esperaba, este nivel fue entre tresy ocho veces mayor cuando los progenitores sí fumaban en su viviendafrente a la tasa de los que optaban por fumar fuera."Este estudio muestra que la contaminación por el humo del tabaco nose limita sólo al aire dentro de una habitación sino que incluye lassuperficies y polvo de las habitaciones y dormitorios y también lapiel de los fumadores. Esto pone a los niños en riesgo de exposición alos componentes tóxicos del tabaco", comentan los autores.La contaminación por el humo del tabaco puede permanecer en el hogar,si se fumó allí antes, unos días, semanas o meses a través del polvo ylas superficies contaminadas, incluidos el armazón de la cama del niñoy los dedos de los padres fumadores.


Las personas no fumadoras que viven o trabajan en compañia defumadores, absorben nicotina, monóxido de carbono y otros componentesdel humo del tabaco de la misma forma que lo que hacen los fumadores,aunque en cantidades menores. la cantidad de sustancias absorbidasdepende de la concentración de humo, la calidad de la ventilación ydel tiempo que se permanece en el ambiente contaminado. Los nofumadores expuestos al humo del tabaco podrían "Fumar" el equivalentea dos cigarrillos diarios. El tabaco, por tanto, es un riesgo para lasalud de los no fumadores. Los recién nacidos de padres fumadoreseliminan cotinina por la orina, es una sustancia resultante delmetabolismo de la orina.El humo es molesto y físicamente irritante para mucha gente, y puedeempeorar los síntomas de asma, bronquitis crónica y alergias. No sedebería fumar jamás en presencia de niños pequeños, ya que se hacomprobado que los niños expuestos en el hogar al humo del tabacotienen una cantidad muy superior de episodios respiratorios, comobronquitis y neumonía. A mayor exposición, es decir, los dos padres envez de uno solo, mayor riesgo. Se podría decir que estos niños hancomenzado a fumar desde el momento de su nacimiento.Parte importante de la paradoja es que el humo del cigarrillo, ademásde ser nefasto para quien gasta un porcentaje de su sueldo en él,también perjudica a quien tiene que tragarlo a su pesar por falta deuna legislación que establezca un mínimo de respeto para el no fumadory de una política sanitaria que fomente la educación social.Los datos hablan por sí solos. En la última investigación realizadacon fumadores pasivos -que se acaba de publicar en el último número deCirculation-, se demuestra que después de que una persona no fumadorapasa media hora en una sala donde hay humo de tabaco, sus depósitos deantioxidantes (incluida la vitamina C) descienden al mínimo. Estas sustancias son las que protegen, entre otras cosas, las arterias paraque no se formen placas de ateroma (causantes de la enfermedadcardiovascular).Se han hecho muchos estudios sobre tabaquismo pasivo que handemostrado que el humo de segunda mano causa cáncer y enfermedadcardiovascular, amén de otras complicaciones respiratorias y, enniños, muerte súbita e infecciones de oído.


Es increíble cómo los bueno y malos hábitos de los padres influyen enlos hijos. En este caso, los malos.Un estudio realizado en Israel ha demostrado que el riesgo de estarcolonizados por el neumococo, es decir, tener bacterias en la gargantaaunque no estén produciendo enfermedad, es superior en los hijos defumadores.La otitis es la infección bacteriana más frecuente en los niños, quese produce cuando las bacterias presentes en la nasofaringe se muevenhasta el oído medio por la trompa de Eustaquio.Se analizó la situación de 208 niños menores de 60 meses y sus madres.Los resultados arrojaron que el 60% de los hijos de padres nofumadores era portador del neumococo, mientras que estaba presente enun 76% de niños de madres fumadoras.


Tras el estudio, los investigadores llegaron a una importanteconclusión: "Que los padres dejen de fumar podría reducir el riesgo deotitis media en los hijos". Un buen consejo.En los pequeños que permanecen en ambientes donde se fuma un par deveces a la semana se incrementa una vez y media ese riesgo, mientrasque en los que están expuestos a diario, pero pocas horas, seduplica.Aquellos que se ven expuestos al tabaquismo pasivo todos los días ypor muchas horas son los más afectados: en ellos aumenta casi cuatroveces (3,63 veces, más precisamente) el riesgo de desarrollar este malen su vida adulta."Este nuevo estudio refuerza la idea de que hay que hacer todo lo quesea posible para evitar la exposición de los niños al humo ambiental",comentó Fernando Verra, médico experto en tabaquismo de la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec) y del Hospital deClínicas.Un estudio realizado hace algún tiempo por Verra en colegios deprimaria de Buenos Aires halló que el 30 por ciento de los alumnos de9 y 10 años que eran hijos de fumadores tenían niveles de nicotina enla sangre similares a los de sus padres."Es fundamental convencer a los papás de que no fumen o al menos deque no lo hagan delante de sus hijos. Y no solo para no exponerlos alos riesgos para la salud que significa el tabaquismo pasivo, sinotambién para que no tomen ese mal ejemplo", sostuvo Verra.


Según las estimaciones de esta organización, si continúa el patrón deconsumo actual, para el 2020 el tabaco habrá causado más muertes queel sida, la tuberculosis, la mortalidad materna, los accidentes detráfico, el suicidio y los homicidios, todos juntos.La nicotina que contienen los cigarrillos ha sido claramentereconocida como una droga de adicción, y la dependencia del tabacoestá clasificada dentro del grupo de enfermedades mentales yalteraciones del comportamiento, según la Clasificación Internacionalde Enfermedades de la OMS (ICD-10). Los especialistas en el campo delas sustancias de abuso consideran que la dependencia del tabaco estanto o más fuerte que la dependencia de sustancias como la heroína ola cocaína.Se encontraron resultados similares en una investigación realizada enCalifornia en la que, por primera vez, se demostraba que el tabaquismopasivo podía ser una causa directa de asma infantil, y que no era unsimple factor que empeora la enfermedad ya existente, como se pensabaanteriormente.Los niños que viven con padres que fuman en casa sufren con másfrecuencia infecciones respiratorias, de garganta y del oído medio ytienen mayor riesgo de tener problemas pulmonares. Los bebés que están expuestos al humo ambiental también tienen más riesgo de muerte súbita.

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